NOVENA ETAPA Y ÚLTIMA (día 30 julio): OSEIRA - SANTIAGO DE COMPOSTELA
(83 kms). Santiago me recibió lloviendo. Eran las 7:30h cuando empecé la
última etapa. Día lluvioso, frío, con niebla y 80 kms por delante para
concluir mi sueño. Creía que todo se volvía en mi contra pero me
equivoqué. A los 10 kms me topé con el alto de San Martiño (818 m),
justo lo que necesitaba para entrar en calor. Me sobraba la mitad de la
ropa que llevaba, aunque hice bien en no quitármela porque en
la bajada del puerto se notaba otra vez la sensación de frío. No
conseguí entrar en calor y tuve que parar en un bar a tomar un café
ardiendo. Llevaba sobre 30 kms andados. Me monté en la bici y camino
adelante. En este tramo fueron los cuervos los únicos que parecían
animarme con sus graznidos. Todo lo demás, cuesta y bajada, cuesta y
bajada, hasta llegar al alto de Santo Domingo (700 m) donde recuerdo que
la rueda trasera de la bici patinaba, a veces, de la lluvia que estaba
cayendo. Temía bajar el puerto pero al coronarlo pasó de llover a
chispear y eso facilitó el descenso, sobretodo los ojos, que podía
mantenerlos abiertos. Lo que quedaba hasta Santiago más de lo mismo:
cuestas, bajadas, lluvia, frío y unas ganas enormes de ver el cartel que
anuncia la llegada a la ciudad santa. Y lo ví y lo primero que hice fue
llamar a mi mujer para decirle "cariño, reto conseguido. Sueño
cumplido". Se que lo ha pasado mal pero merece la pena vivirlo. En la
plaza del Obradoiro me esperaban Rosa y su padre. Para mi es como ver a
mi familia, Rosa con las lágrimas por las mejillas y su padre con rostro
de satisfacción. Ese fue mi trofeo y ahora que todo ha acabado quiero
daros a todos las GRACIAS porque habéis conseguido que a 1000 kms de mi
casa me haya sentido en ella. Si pudiera resumir estos días en una sola
frase, sería "LOS MEJORES 9 DÍAS DE MI VIDA".
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